Cuando los arqueólogos realizan investigaciones, la mayor parte de las veces necesitan recolectar material cultural de los sitios arqueológicos que estudian, como fragmentos de cerámica, cestería, instrumentos de piedra, vegetales y otras basuras. Algunas veces estos materiales tienen una antigüedad de 500, 600 o 700 años, y en otros casos la antigüedad puede ser mayor a mil, tres mil o nueve mil años. De esta manera, a medida que las investigaciones avanzan, los científicos acumulan grandes cantidades de objetos prehistóricos y restos humanos, obtenidos a través de recolecciones de superficie y excavaciones. Estos conjuntos se ordenan por sitio arqueológico, tipo de material y antigüedad, conformando Colecciones Arqueológicas que son parte de nuestro patrimonio cultural. Estas colecciones son muy valiosas y delicadas, por lo que deben ser trabajadas por especialistas (conservadores y restauradores) que son expertos en entregar las mejores condiciones a las piezas y muestras reunidas durante las investigaciones. El trabajo que realizamos en este proyecto consistió en entregar a una colección arqueológica las condiciones básicas para que se de inicio a una buena mantención de ellas y que sea posible consultarlas. Este trabajo siguió en forma minuciosa un Protocolo de
Manejo de Colecciones, elaborado por la conservadora Cecilia Lemp Urzúa, co-ejecutora del proyecto. El trabajo que realizamos consiste en una primera etapa de mejoramiento, pero todavía falta mucho por delante hasta alcanzar condiciones óptimas.Constituyen los procedimientos que permiten la salvaguarda y uso adecuado de las colecciones. Dicha labor se realiza mediante su conservación, registro, documentación y control. Este protocolo nos explica como trabajar las piezas para guardarlas de la menor manera, lo cual se logra realizando medidas de conservación directa (limpieza y reparación sobre los materiales prehistóricos), y medidas de conservación indirecta (embalaje en bolsas y cajas adecuadas que aíslen las piezas y le entreguen amortiguación). Además, el protocolo nos ayuda a pensar aspectos institucionales que ayuden a que la colección no se desordene ni se pierdas elementos o información.
Si bien el presente documento es de carácter básico, consideramos que las recomendaciones aquí consignadas permitirán realizar los esfuerzos mínimos para el mantenimiento de las colecciones. Respecto a esto debe quedar en claro, que como proceso de puesta en valor del material arqueológico y de cualquier bien cultural, es tan o más importante su investigación, conservación y registro previo, antes que cualquier forma de difusión, siendo está la última etapa de un ciclo complejo. Sin conservación y estudio, un trabajo de difusión es incompleto y puede entregar información errada sobre los bienes culturales. Para descargar el documento de PROTOCOLO pinchar sobre la IMAGEN 5. Cestería en miniatura.
(Foto: Limpieza cestería, Colección Tr-40)