miércoles, 7 de abril de 2010

AGRADECIMIENTOS A L@S COLABORADORES.

Al Fondart por apoyar y financiar esta iniciativa, especialmente a Patricia Henriquez; a la Universidad Arturo Prat por la estadia; a los funcionarios de la Estación Experimental Canchones por su recibimiento. Además, merecen un especial reconocimiento quienes trabajaron en forma constante, diligente y desinteresada en el proyecto, Andrea Cañas, Enrique Rand, Francisca Santana, Mónica Santana, Valeria Sepúlveda, Alexi Tamayo y Alejandra Olmedo.

A las instituciones que apoyaron este proyecto como fue la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile y al Centro Nacional de Conservación y Restauración. Finalmente, agradecemos el cariño y compañia de Consuelo y Salvina, quienes alegraron nuestra estadía en Canchones.

Gracias tod@s!!!

lunes, 9 de noviembre de 2009

PRESENTACIÓN

Las colecciones arqueológicas actualmente son resguardadas por la Universidad Arturo Prat en el Centro Experimental Canchones, ubicado en la localidad de La Huayca. A pesar de ser una de las colecciones más numerosas y de mayor valor de la región, se encontraban en un lamentable estado de abandono producto de una serie de factores que mantienen en serio riesgo su integridad y preservación a futuro. Para subsanar esta compleja situación iniciamos la recuperación de la colección arqueológica del sitio Tarapacá 40, importante cementerio prehispánico excavado a fines de la década del 60’. Nuestra intervención consistió en aplicar una serie de medidas como la reparación de las áreas de almacenaje, la limpieza de la totalidad de las piezas, el reemplazo del embalajes y la elaboración de una base de datos que nos permitió un acceso expedito a los materiales arqueológicos, logrando alcanzar condiciones aceptables que aseguren la conservación adecuada de este invaluable patrimonio cultural. Es importante resaltar que esta acción es una primera etapa de un programa de trabajo de mayor alcance que busca abordar la totalidad de la colección.

La realización global de este programa es una urgencia que debe ser asumida por las autoridades como una necesidad de alcance comunal, provincial, regional y nacional que no puede seguir en lista de espera. El valor cultural y patrimonial de estas colecciones es algo que nadie puede poner en duda, pero a pesar de encontrarse protegido por la ley 17.288 todavía no existe el consenso necesario ni la toma de conciencia por parte de las autoridades respecto a la fragilidad de este acervo y de lo apremiante que se ha tornado abordarlo como un eje en las políticas culturales de la región de Tarapacá. Estas colecciones no son un conjunto de cachivaches o de antigüedades valiosas por sus características estéticas. Estamos hablando del reflejo material de miles de años de historia que involucra a los antiguos tarapaqueños y, por cierto, a sus descendientes. Por ello a través de este medio de difusión pondremos a disposición de la comunidad, investigadores, estudiantes, la base de datos de las colecciones arqueológicas ubicadas en Canchones, la cual está dividida en dos: la primera contiene la información general de los sitios, tumbas y sectores que están presentes en la colección, mientras que la segunda es únicamente la base de datos de la colección del sitio de Tarapacá-40. Esperamos que nuestro trabajo de frutos y sirva para futuras investigaciones y por supuesto para una toma de conciencia que el patrimonio cultural material es una pieza importante en la compleja construcción de nuestra identidad local.
(Foto: Representación antropomorfa de una estólica de madera. Colección Canchones. )

PROCESO DE TRABAJO.



Durante el proceso de trabajo con las colecciones arqueológicas fue necesario llevar a cabo una serie de acciones que nos permitieran visualizar la totalidad de cajas contenidas en la colección, limpiar, desinsectar, etc. Por lo que comenzamos haciendo un diagnóstico general para enterarnos de la integridad de la colección, existiendo una cantidad considerable de cajas que no presentaban etiquetas ni elementos estandarizados que dieran cuenta real de su contenido. Por ello procedimos que revisar todas las cajas en forma general, para individualizar cuales cajas contenían materiales pertenecientes al sitio Tarapacá 40. Una vez realizado esto dimos paso a la fumigación desinsectando ambas áreas de almacenaje, llevándonos finalmente al primer orden inicial separamos cajas por espacio geográfico de procedencia, v. gr. Costa, pampa, quebradas, altiplano, subdividiendo a su vez por sitios específicos en la medida de lo posible. Una vez consolidado el orden iniciamos la limpieza de las piezas del sitio de Tr-40 junto a la base de dato.

(El documento que detalla las etapas del PROCESO DE TRABAJO se descarga al hacer click en la IMAGEN 4, Ajuar Funerario).

RESEÑA DE LAS COLECCIONES DE CANCHONES.

Para escribir una completa historia de las colecciones de Canchones, es necesario iniciar una verdadera retrospectiva de la arqueología en Tarapacá. En este momento dejaremos de lado esa noble tarea y acotaremos este relato a algunos hitos destacados que explican la conformación y el devenir de las colecciones.
Estas colecciones comienzan a formarse con los materiales excavados por Lautaro Núñez en la quebrada de Tarapacá, la desembocadura del Loa y el distrito de Cáñamo a partir del establecimiento en Iquique de una sede de la Universidad de Chile.
A principios de los años ochenta, posterior a la desvinculación de Núñez de esta institución y luego de varios años en que las colecciones estuvieron a la deriva, Julio Sanhueza comienza a trabajar iniciando la primera catalogación de la colección. Este investigador realiza una serie de trabajos de terreno en varios sitios costeros como Iquique, Caramucho y Los Verdes; en sitios de la pampa como Yungay Bajo, en las quebradas como el cementerio de Mocha y en el altiplano con Pukar Qollu, Citani, Usamaya y otros.
Luego, Álvaro Carevic se integra al trabajo arqueológico, trabajando junto a Sanhueza en el manejo de la colección y realizando algunas excavaciones en terreno en Pisagua y Tarapacá, cuyos materiales se integran a las colecciones. Posteriormente trabaja en Pisagua y Ramaditas con Mario Rivera, generando varias decenas de cajas que son parte de los ingresos más recientes de la colección.
A lo largo de estos años las colecciones fueron trasladadas sucesivas veces al interior de Iquique, estando en el sector El Morro, en Pedro Lagos con Grumete Bolados, luego en el Palacio Astoreca en la calle Baquedano, para finalmente ser trasladados por Carevic a Canchones, con el fin de mantenerlos en un ambiente con baja humedad relativa para evitar que se siguieran deteriorando y descomponiendo parte de los materiales orgánicos.
Para descargar la Base de Datos de Canchones pinchar sobre IMAGEN 2. Cestería decorada.


(Foto:Colección Tr-40, Túnica.)

RESEÑA DEL SITIO TARAPACÁ 40.

Tarapacá 40 es un importante cementerio que se emplaza en la ribera norte de la Quebrada de Tarapacá, al poniente de la localidad de Huarasiña. Ubica junto a una duna, y se extiende sobre la terraza fluvial y en la parte baja del talud formado entre la quebrada y la pampa. En terreno identificamos dos sectores, uno alto, con mayor densidad de tumbas, y uno bajo, con restos artefactuales y, aparentemente, con un área de inhumación más reducida.
El tipo de tumba que predomina son
las fosas simples, sin estructuras de piedra asociadas pero con troncos demarcatorios. Algunos entierros aun conservan estas señalizaciones, por lo que es esperable que se mantengan algunos contextos in situ.
Los cuerpos se entierran enfardados y muchos presentan turbantes como parte del ajuar. Durante el ritual mortuorio, se depositaban numerosas ofrendas junto a los fardos, encontrándose abundante cerámica cocida y no cocida, instrumentos de madera, cestería, conchas marinas y fragmentos de mineral de cobre. Son particularmente interesantes las ofrendas de comida como preparaciones a base de algarrobo, poroto, marlos de maíz, cabritas, papa, quínoa. Junto a ello, un amplio repertorio de productos de Océano Pacífico incluye charquecillo de pescado, pulpos disecados y conchas de ostión, choro y otras especies como un imponente cuero de escualo. Una de las características más llamativas es la presencia de muchas miniaturas en cerámica, textil y cestería que forman parte de las ofrendas que se enterraron junto a los difuntos.
Su formación coincide con la ocupación de la aldea de Caserones y del sitio Pircas, ambos ubicados en el mismo sector de la quebrada. Probablemente, nuestro sitio es el cementerio de ambos asentamientos, los cuales presentan una potente ocupación durante el período Formativo.

  • Para mayor información descargar el DOCUMENTO completo en la IMAGEN 1. Cerámica decorada.

  • BASE DE DATOS DE TR-40 en la IMAGEN 3. Bolsita decorada.

(Tabla: Señala institución y arqueólogos a cargo de la colección desde su formación).


Las Colecciones Arqueológicas y su manejo.

Cuando los arqueólogos realizan investigaciones, la mayor parte de las veces necesitan recolectar material cultural de los sitios arqueológicos que estudian, como fragmentos de cerámica, cestería, instrumentos de piedra, vegetales y otras basuras. Algunas veces estos materiales tienen una antigüedad de 500, 600 o 700 años, y en otros casos la antigüedad puede ser mayor a mil, tres mil o nueve mil años. De esta manera, a medida que las investigaciones avanzan, los científicos acumulan grandes cantidades de objetos prehistóricos y restos humanos, obtenidos a través de recolecciones de superficie y excavaciones. Estos conjuntos se ordenan por sitio arqueológico, tipo de material y antigüedad, conformando Colecciones Arqueológicas que son parte de nuestro patrimonio cultural. Estas colecciones son muy valiosas y delicadas, por lo que deben ser trabajadas por especialistas (conservadores y restauradores) que son expertos en entregar las mejores condiciones a las piezas y muestras reunidas durante las investigaciones. El trabajo que realizamos en este proyecto consistió en entregar a una colección arqueológica las condiciones básicas para que se de inicio a una buena mantención de ellas y que sea posible consultarlas. Este trabajo siguió en forma minuciosa un Protocolo de
Manejo de Colecciones, elaborado por la conservadora Cecilia Lemp Urzúa, co-ejecutora del proyecto. El trabajo que realizamos consiste en una primera etapa de mejoramiento, pero todavía falta mucho por delante hasta alcanzar condiciones óptimas.

Constituyen los procedimientos que permiten la salvaguarda y uso adecuado de las colecciones. Dicha labor se realiza mediante su conservación, registro, documentación y control. Este protocolo nos explica como trabajar las piezas para guardarlas de la menor manera, lo cual se logra realizando medidas de conservación directa (limpieza y reparación sobre los materiales prehistóricos), y medidas de conservación indirecta (embalaje en bolsas y cajas adecuadas que aíslen las piezas y le entreguen amortiguación). Además, el protocolo nos ayuda a pensar aspectos institucionales que ayuden a que la colección no se desordene ni se pierdas elementos o información.
Si bien el presente documento es de carácter básico, consideramos que las recomendaciones aquí consignadas permitirán realizar los esfuerzos mínimos para el mantenimiento de las colecciones. Respecto a esto debe quedar en claro, que como proceso de puesta en valor del material arqueológico y de cualquier bien cultural, es tan o más importante su investigación, conservación y registro previo, antes que cualquier forma de difusión, siendo está la última etapa de un ciclo complejo. Sin conservación y estudio, un trabajo de difusión es incompleto y puede entregar información errada sobre los bienes culturales. Para descargar el documento de PROTOCOLO pinchar sobre la IMAGEN 5. Cestería en miniatura.

(Foto: Limpieza cestería, Colección Tr-40)

Colección Tr-40.

Colección Tr-40.
IMG 7. Adorno de piel.

Colección Tr-40

Colección Tr-40
IMG 8. Textil en miniatura.